viernes, 1 de diciembre de 2017

Vídeo Presentación de La Cofradía Ajena





Pan

La paz y la tempestad están cuando juntamos nuestra cabeza después de un beso, Pan, todo tu eres agua… o, ¿seré yo? Alguna vez, alguien dijo que somos profundidades vacías, tu no, eres un amplísimo charco de poca profundidad, en tus aguas se refleja el sol y tus reflejos se doblan mil veces. 

Cuando me besas soy todas las mujeres que has besado, mi cara tiene mil ojos, mil lenguas, dos bocas. Nos robamos el aliento. Tienes la capacidad de hacer lo profano y lo eterno, puro y efímero. Recurrimos el uno al otro por desparche, nos vemos y sabemos que carecemos de sustancia y ensoñamos, en el leve momento en donde las babas cobran vida y por fin hay sincronía, tu y yo somos reales… efímeramente. Nos entendemos más en el silencio que hablando, cuando tus ojos se reflejan en los míos. Te veo de lejos y tu carne es gris, tus ojos el anónimo y tu lengua polvo.

Pan, no espero nada de ti aparte de tu seducción absoluta, deseo que el favor me sea devuelto. Como la puta que me ves, la medusa encadenada que por las cadenas es María y Eva al mismo tiempo, te presto mis oídos de madre, la calidez de mis pechos y el abandono de ser arrojado al mundo. Mientras suena la flauta tú y yo sabemos que nos alimentamos de imágenes. 

Pasajera y nunca tuya. Eva, María, Medusa.

Nota:
Escrito por Medusa.