lunes, 11 de septiembre de 2017

La eterna espera.

¿Qué es la rutina sino la manera correcta de progresar?

Después de una larga reflexión, llega a mi mente esa pregunta. Todos alguna vez hemos estado en una larga espera. Esperando una buseta, haciendo una larga fila en un banco, esperando a esa persona que amas.

A un conjunto de estos elementos se le puede llamar rutina. La rutina se puede una espera aún mas grande de un evento que anhelamos que suceda. Esperas la buseta para ir a trabajar, esperando en un futuro tener un mejor poder adquisitivo. Vas al banco para pagar tus obligaciones y así no tener obstáculos en la construcción de tus proyectos. Esperas a esa persona (Probablemente) sabiendo que crearan mas recuerdos que volverán a la luz dentro de algunos años cuando sean algo mas que novios.

Se cambia de rutina al alcanzar una meta. También al suceder un evento de fuerza mayor. El cambio de rutina marca entonces un cambio en nuestro estilo de vida. Marca un cambio en nosotros.

La fría espera la que nos dará dentro de unos años, la dicha de alcanzar una meta. Yo he vivido con esa concepción. A pesar de mi escasa disciplina, mi mal manejo del tiempo y mi pobre interés en las cosas que considero "de poca importancia", soy testigo que esperar vale la pena.

En un mundo donde se puede estar al otro lado del mundo en unas horas, donde el dinero tarda milisegundos de moverse de país en país y donde las personas pueden comunicarse en un par de clics, la espera puede dar la sensación de inferioridad e ineficiencia.

A pesar de todo, no hay que dejar que la rutina nos consuma. Se puede sacrificar tiempo de esa espera en ocio y hobbies, nunca será tiempo mal invertido.

Para aquellas personas impacientes y ansiosas (así como yo), recuerden que el punto culmine de esperar es una grata recompensa y mas importante:

La rutina nos pertenece, nosotros no somos esclavos de ella.

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