miércoles, 16 de agosto de 2017

Sus Ojos

Es difícil negar que me siento a veces desconcertado; desconcertado sobre quién soy y sobre quién fui. De mucho antes (a pesar de mi notable juventud) sé que uno nunca sigue siendo el mismo por siempre, un aprendizaje nuevo significa un cambio, bueno o malo. 

En fin, sigo aún preguntándome e, incluso, buscando respuestas que me indiquen qué camino seguir para resolver tan grande y difusa incógnita; quién soy y quién fui. El futuro por ahora no es de mi incumbencia, no es pertinente en mi búsqueda; sin mi pasado y mi presente, mi futuro es incierto y por si fuera poco, el futuro llega a cada instante, en cada movimiento de las manecillas del reloj.

Todo me dirige a un ámbito cada vez más confuso; dilemas emocionales y recuerdos inconclusos. Cada vez me acerco más al fondo de todo, pero cada vez lo percibo más oscuro y profundo. 

Hace poco llegué a una muy significativa conclusión. El reflejo de sus ojos iluminó mi mente, la luz reflejada me permitió ver la solución a todo; mi error radicaba en que la pregunta no debe encaminarse sobre quién soy y quién fui, no; la solución estuvo siempre en el para qué y el por qué. En ese preciso instante en que nuestras miradas convergieron, supe exactamente lo que quería y lo que sentía, todo fue inexplicablemente efímero, pero encontré la respuesta indicada, ¿en dónde estuvo oculta la respuesta de tal calibre y magnitud? Simplemente en mi niñez, esa niñez era la respuesta a todo; conocí de nuevo ese encantamiento en una vida sin ningún propósito claro, encontré de nuevo las sorpresas que devienen del desconocimiento; pero, más allá de todo, en ese pequeño rincón de la niñez que recién salía a flote de nuevo, encontré una mirada profunda y cálida, la misma mirada que provenía de sus ojos, los mismos ojos que ahora me miraban con intriga y luminosidad. 

La incógnita ahora es otra, y proviene de sus ojos. 

6 comentarios: